El rey Carlos recibió un encantador elogio durante una visita a Ethel Caterham, de 116 años, reconocida como la persona viva más longeva del mundo.
Durante su encuentro en su residencia de ancianos en Lightwater, Surrey, la Sra. Caterham le dijo al monarca: «Todas las chicas estaban enamoradas de usted y querían casarse con usted». El rey rió con cariño ante el comentario, arqueando las cejas con expresión divertida.
Carlos, quien previamente se había despedido de Donald Trump en Windsor, se sentó junto a la Sra. Caterham mientras ella recordaba haber presenciado su investidura como Príncipe de Gales en el Castillo de Caernarfon en 1969. Encantado, comentó: «Verá, fascinante».
Su nieta, Kate Henderson, se hizo eco de este sentimiento, diciéndole: «El príncipe Carlos era tan guapo. Todas las chicas estaban enamoradas de él. Un verdadero príncipe, y ahora el rey». A esto, Carlos respondió bromeando: «Sí, bueno, al menos es lo único que queda de él».
En una mesita cercana reposaban tarjetas de cumpleaños del rey Carlos y la reina Camila, una de la difunta reina Isabel II y una carta firmada felicitando a la Sra. Caterham por convertirse en la persona más longeva del mundo. A lo largo de los años, ha recibido 17 tarjetas del monarca y de su difunta madre desde que cumplió 100 años.
Ethel Caterham, nacida en 1909 en Hampshire, es la última súbdita superviviente de Eduardo VII. Pasó su juventud como au pair en la India, y posteriormente se casó con el teniente coronel Norman Caterham, con quien vivió en Salisbury, Gibraltar y Hong Kong. Fundó una guardería en Hong Kong y crio a dos hijas, aunque ambas ya fallecieron.
Sorprendentemente resiliente, la Sra. Caterham condujo hasta los 97 años, disfrutó jugando al bridge mucho después de los 100 e incluso sobrevivió a la COVID-19 en 2020 a la edad de 110 años.
