La cría de elefante recién nacida yacía inmóvil en la hierba, con los ojos cerrados: lo que hizo la madre para traer de vuelta a su bebé sorprendió a todos 😱😱
En un caluroso día de verano en el zoológico, tuvo lugar un acontecimiento largamente esperado: una elefanta dio a luz a su primera cría. Todo salió a pedir de boca: la cría nació fuerte y sana. Los cuidadores y visitantes del zoológico observaron con gran expectación cómo la madre depositaba con cuidado a su recién nacida sobre la suave hierba verde.
Pero la alegría pronto se convirtió en preocupación. El pequeño permaneció inmóvil, sin mover las orejas ni la trompa. La madre lo empujó suavemente con la trompa, al principio suavemente, luego con más insistencia, pero no hubo respuesta.

La cría de elefante recién nacida yacía inmóvil en la hierba, con los ojos cerrados: lo que hizo la madre para traer de vuelta a su bebé sorprendió a todos.
Con cada momento que pasaba, su ansiedad aumentaba. Intentó despertarlo, empujándole las piernas, tirando de su oreja, pero nada funcionó. Por un segundo aterrador, incluso pareció que no respiraba. Los ojos de la madre se llenaron de miedo; sabía que tenía que hacer algo.
Los elefantes son criaturas increíblemente inteligentes. Y en lugar de sacudir más a su cría, la madre decidió probar algo diferente. Lo que hizo a continuación dejó a todos boquiabiertos.
La cría de elefante recién nacida yacía inmóvil en la hierba, con los ojos cerrados: lo que hizo la madre para traer de vuelta a su bebé sorprendió a todos.
Caminó hasta la esquina del recinto, donde los cuidadores solían dejar golosinas, y tomó su bocadillo favorito: un plátano fresco y dulce (junto con algunas manzanas que también le encantaban).
Cuando regresó, colocó cuidadosamente el plátano justo debajo de la nariz de su bebé.
Y entonces, ocurrió un milagro. El ternero abrió lentamente los ojos, olió la golosina y, con un estiramiento perezoso, levantó la cabeza. Sus grandes orejas se movieron ligeramente y su pequeña trompa agarró el plátano.

Resultó que la pequeña no tenía ningún problema: simplemente no quería levantarse.
Ella simplemente estaba siendo perezosa.
La madre dejó escapar un suspiro de alivio, envolviendo a su bebé con su trompa, mientras los visitantes estallaban en risas y aplausos.
Este conmovedor momento demostró una vez más que los elefantes no solo son inteligentes, también tienen personalidades, a veces tan perezosas y traviesas como los humanos. 🐘💛